La actual ola de calor, que promete elevar los termómetros hasta los 40 grados e incluso los 45, está generando preocupación en los conductores. ¿Conducir en ola de calor es tan peligroso como hacerlo después de haber bebido alcohol? Exploraremos los efectos de las altas temperaturas en la conducción y su comparación con el estado de embriaguez.
El impacto del calor en la conducción
La Península Ibérica se encuentra en medio de su tercera ola de calor del verano. Las altas temperaturas tienen un efecto innegable en los conductores. Durante esta semana, se espera que el mercurio alcance niveles excepcionales, con máximas de 40 grados en gran parte del país y hasta 45 grados en áreas como el valle del Guadalquivir y el sur.
El calor extremo no solo afecta a la comodidad, sino también a la seguridad en la carretera. Según la Dirección General de Tráfico (DGT), la temperatura en el interior del coche debe mantenerse entre 21 y 24 grados para garantizar una conducción segura y cómoda.
Superar estos rangos de temperatura puede tener un impacto significativo en las capacidades del conductor. El calor acelera la aparición del cansancio, lo que resulta en una mayor sensación de somnolencia y un aumento en el tiempo de reacción. Un ejemplo ilustrativo es que a una velocidad de 90 km/h, un conductor bajo calor recorrerá 41 metros antes de tocar el freno en una situación inesperada, en comparación con solo 16 metros en condiciones más frescas. Además, el conductor puede experimentar irritación, calambres en las piernas y problemas de transpiración.
Comparación con la alcoholemia
La Fundación del Comisariado Europeo del Automóvil (CEA) ha destacado estudios que comparan la temperatura del habitáculo con la tasa de alcohol en sangre. A 30 grados en el vehículo, se asemeja a conducir con una tasa de 0,29 gramos de alcohol por litro de sangre. Esto se traduce en un aumento del 20% en errores de conducción, un incremento del 22% en el tiempo de reacción, una disminución del 10% en la atención y la pérdida del 10% de las señales de tráfico.
El calor extremo no solo afecta al estado físico, sino también al mental del conductor. Se ha observado que las altas temperaturas pueden aumentar la probabilidad de accidentes en un 15% a 25%. Esto se debe a la alteración de la función y capacidad psicomotora del conductor, incluyendo la coordinación motora, el procesamiento de información, la atención y la percepción de seguridad.
Aire acondicionado al conducir en ola de calor
Mantener una temperatura adecuada en el habitáculo contribuye a mantener la concentración y la agilidad mental del conductor. Un ambiente fresco reduce el riesgo de fatiga, somnolencia y pérdida de atención, factores cruciales para una conducción segura, especialmente en condiciones climáticas desafiantes.
Un habitáculo fresco también puede mejorar el tiempo de reacción del conductor en situaciones imprevistas. Se ha demostrado que temperaturas elevadas pueden ralentizar las funciones cognitivas, lo que lleva a una disminución en el tiempo de respuesta ante peligros en la carretera. Un sistema de aire acondicionado de calidad, como el del Omoda 5, contrarresta este efecto, manteniendo al conductor alerta y listo para reaccionar de manera adecuada.
Climatizador bizona